En los últimos meses he hablado con muchas personas en Latinoamérica que tienen interés en invertir como inversionistas ángeles en startups. Esto es una buena señal para el ecosistema emprendedor, ya que este es uno de los eslabones débiles de la cadena de inversión en la región.
Para los que no conocen el termino, la definición general de un inversionista ángel es un inversionista individual que invierte en proyectos de alto riesgo pero con un retorno potencial mayor que el esperado en inversiones tradicionales. A menudo se ven muy involucrados en los negocios en los que invierten por su interés de ayudar a los emprendedores y al proyecto. En Latinoamérica el rango en que invierten por proyecto normalmente está entre los $15,000 y $200,000 dólares.
En Estados Unidos, los inversionistas ángeles normalmente son emprendedores exitosos, en su mayoría del sector de tecnología, que invierten en emprendedores y nuevos proyectos en ese sector. En Latinoamérica, sin embargo, la mayoría de los interesados en ser inversionistas ángeles tienen el perfil de empresarios tradicionales o de exitosos gerentes profesionales en grandes corporaciones, probablemente debido a que, por ahora, hay pocos emprendedores de base tecnológica ya exitosos en la región.
Lo que he notado de este perfil de inversionistas es que tienden a entusiasmarse con uno o pocos proyectos, sin entender cual debe ser la estrategia para este tipo de inversiones. Por esto quiero escribir cuales son mis Reglas para un inversionista ángel.
Regla 1: Solo invertir dinero excedente que no se necesite para otros fines
Esta es la regla más fundamental. Una inversión ángel solo debe hacerse con recursos que el inversionista no necesite ni en el corto, ni mediano, ni en el largo plazo. Además debe representar una parte pequeña del patrimonio del inversionista.
Es fundamental que el inversionista entienda que estas inversiones tienen un altísimo nivel de riesgo. En términos coloquiales esto significa que pueden no generar un retorno o, mucho mas grave, podría perderse lo invertido, parcial o totalmente. Esto es muy distinto a otras inversiones que ese inversionista pueda estar haciendo. Normalmente inversiones en renta fija (bonos y deuda), renta variable (acciones cotizadas en bolsa), inmobiliarias, por mencionar las más básicas, tienen mucho menos riesgo (sobre todo si se hacen a través de vehículos diversificados como fondos mutuales o ETFs).
El otro aspecto a entender es que una inversión en un startup es completamente ilíquida. ¿Qué significa esto? Que no hay un mecanismo bajo el cual el inversionista pueda vender su inversión y recuperar el valor cuando el quiera. La recuperación del valor depende normalmente de lo que la empresa y sus accionistas mayoritarios quieran hacer y en cualquier caso, los horizontes normales de recuperación de la inversión son mayores a 4 años.
La falta de liquidez es otra diferencia entre estas inversiones y comprar acciones en bolsa. Las acciones cotizadas tienen riesgo de perder valor, pero el inversionista puede venderlas en cualquier momento para limitar sus perdidas. No es el caso en una inversión en acciones de un startup.
La forma en que yo pienso sobre las inversiones ángel, una vez realizadas, es no contar con ese dinero; darlo “por perdido”, ya que el dinero invertido no tiene ninguna liquidez para que el “ángel” recupere su dinero cuando quiera y que entonces pueda usarse para otro propósito.
Regla 2: Crear un portafolio de inversiones diversificado
Siguiendo la lógica de mis argumentos anteriores, la forma de reducir el riesgo es diversificarse en varias inversiones. De esta forma, aquellas que sean exitosas deben poder cubrir las perdidas de las que no lo son. Esto es “Finanzas 101”. Por cierto, esto es precisamente la estrategia de cualquier fondo de capital semilla o venture capital.
En términos prácticos, esto significa que el inversionista ángel debe decidir cuanto esta dispuesto a invertir en este tipo de proyectos y el número de proyectos en su portafolio y de ahí determinar la inversión promedio que debe hacer por proyecto.
Mi recomendación es crear un portafolio de 15 a 20 inversiones, 10 como mínimo. Invertir en 2 o 3 proyectos, como lo he visto en muchos casos, no es ni remotamente cercano a tener una diversificación para este tipo de inversiones.
Por ejemplo, alguien que quiera invertir alrededor de $25,000 dólares por inversión es porque esta dispuesto a tener un portafolio de al menos $250,000. Si quiere invertir menos entonces debe hacer inversiones individuales, en promedio, más pequeñas.
Regla 3: Reservar dinero para rondas subsecuentes (follow on’s)
Uno de los secretos de los inversionistas exitosos, es que aumentan sus apuestas en los proyectos que muestran más éxito, y esto es precisamente lo que un inversionista ángel debe hacer. Similar a un “double down” en blackjack. Me explico.
Cuando el inversionista invierte la primera vez en un startup, este se encuentra en una etapa muy inicial donde típicamente ni el producto, ni el mercado ni el equipo están probados. Es decir, el proyecto tiene un gran nivel de riesgo. En la medida que el proyecto avanza exitosamente, se van validando algunas o todas de esas variables, con lo que el riesgo debería disminuir y la probabilidad de éxito aumentar.
Además, en la medida que el proyecto avanza, lo mas probable es que requiera capital adicional, pero ahora con menor riesgo (lo cual implica una mayor valuación del startup). El inversionista que tomó el riesgo de la ronda de financiación inicial normalmente tiene la opción de volver a invertir en siguientes rondas. Esta opción puede ser contractual (que es lo que yo recomiendo para el inversionista) y al menos darle el derecho a invertir lo suficiente para no sufrir dilución porcentual. Aun cuando no exista la opción contractual, muchas veces el inversionista ángel tiene la cercanía con el emprendedor para poder entrar en la nueva ronda si quiere. Los inversionistas ángeles típicamente no tienen la opción de entrar en rondas de capitalización de startups exitosos que no sean la inicial, por lo que la opción de si poder hacerlo tiene un valor interesante.
El invertir en la ronda inicial más riesgosa, le genera al inversionista la opción de invertir más pero ahora con menos riesgo. Estas rondas subsecuentes, aun cuando deberían generar un menor retorno que el del dinero invertido en la ronda inicial, pueden mejorar significativamente al retorno de todo el portafolio, ya que están reduciendo el perfil de riesgo del portafolio.
Regla 4: Invertir en sectores que el inversionista conozca
La probabilidad de éxito para una inversión aumenta en la medida que sea mayor el conocimiento que el inversionista tenga del sector en el que esta el startup. Mientras más conoce, mejor capacidad tendrá el inversionista de diferenciar un buen proyecto y un buen equipo de uno mediocre o de uno malo. Además probablemente más podrá contribuir al proyecto. Esto es bastante obvio.
El problema es que muchos inversionistas están viendo proyectos en sectores donde no tienen ninguna experiencia, especialmente proyectos de internet. En ese caso mi recomendación es que el inversionista ángel busque aumentar su conocimiento del sector a través de ver muchos proyectos y/o juntarse con otros inversionistas que tengan más experiencia y entendimiento del sector. El poder comparar un proyecto y/o un equipo contra otros similares permite tener apreciaciones relativas y por lo tanto descartar aquellos que son menos atractivos.
Estas son mis reglas fundamentales para un inversionista ángel, las cuales establecen una estrategia de inversión estructurada, lógica y diversificada. El inversionista ángel que esta haciendo una o dos inversiones con montos altos de su patrimonio pensando que puede obtener un alto retorno, puede tener suerte (o habilidad) y alcanzarlo, pero lo más probable es que no sea el caso. Para ser un inversionista ángel es fundamental tener una estrategia. Si hay suerte, mucho mejor.
Espero que están reglas sean útiles a mis lectores. Por supuesto quedo a la espera de comentarios y opiniones.
Para las inversiones los ángeles son buenos, pero siempre hay que saber con quien nos comprometemos de esta manera.
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